La soledad es uno de los mayores miedos que personal y socialmente reflejamos hoy en día.
Existen muchos libros, estudios y artículos psicológicos serios que plantean los orígenes, causas y motivos para esta situación que produce mucha tristeza e inseguridad en la mayoría de los seres humanos.
En mi experiencia, plantear el vivir contigo mismo es una imagen que pocas personas comprenden, imaginan o sienten como algo normal. Desde niños, las ideas contradictorias de los adultos confunden nuestra relación con la soledad, la vuelven ambigua y neurótica convirtiéndonos, en la mayoría de los casos, en seres dependientes.
Actualmente, por muchos motivos que tienen que ver con el marketing, las expectativas sociales, las creencias familiares y los constructos personales, estar con uno mismo suena a algo que no encaja, que no es "normal". Hay que tener amigos, tener pareja, hay que tener un mundo social que nos valide. Hombres y mujeres recurrimos a apps, páginas, y recursos varios para no estar solos a partir de excusas mega ultra elaboradas para "justificar" que estoy bien así, pero... Y más, quizás, en el ámbito femenino, tener a alguien es casi un requisito para que ella esté completa (sea lo que esto signifique) y los demás puedan respirar con tranquilidad. Total que, en general, vamos huyendo de la soledad como si fuera el mismísimo demonio. ¿Qué hay de elegir estar solos? ¿Qué pasa con elegir disfrutar de tu propio espacio, tu silencio, tus gustos, tu vida? ¿Es posible elegir la soledad?
Vivir contigo mismo es un ejercicio personal de elegir la soledad como parte del presupuesto de existir. Por tanto, elegir la soledad como el vivir contigo mismo quizás sea el camino honesto para conocer, confiar y amar a quien estará contigo hasta al fin de tus días, tú mismo. ¡Todo un desafío!
Llegado aquí te dirás: "Bien, ahora toca que me des las claves para elegir la soledad y vivir conmigo mismo". Y te diré que no las tengo, porque creo que es un recorrido personal, único, original e íntimo. Y que si lo recorres, si te atreves a hacerlo, estarás listo para ser feliz, y si quieres, para compartir tu soledad con otra soledad completa, que enriquezca la tuya, que la aprecie y que la respete.
Aprende a estar contigo mismo.
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